Localizado en Puertas de Vidiago, un pequeño pueblo junto a las vías del tren en la carretera N-634 y al este del municipio de Llanes al que pertenece, se encuentra Casa Poli, una sidrería-restaurante especializada en comida tradicional asturiana y productos artesanos, no en vano, ellos mismos elaboran sus propios embutidos, entre los que destacan los chorizos de ciervo y jabalí.
Llegar hasta allí no es nada sencillo. En primer lugar porque se accede desde la carretera N-634, poco utilizada desde la apertura de la A-8, y segundo lugar porque hay que atravesar un paso a nivel con barreras bastante mal señalizado. Así que hay que estar atento para no pasarse la entrada.
Es conveniente reservar ya que suele estar bastante concurrido, sobre todo en fines de semana.
Se trata de una antigua casa de
piedra de 1833 con un patio central alrededor del cual se distribuyen distintas
estancias que hacen la función de comedores.
Al llegar, Javier, el dueño,
apuntará tu nombre y el número de comensales en una libreta y te llamará cuando
tenga preparada la mesa. Nunca sabréis lo que os tocará esperar, pero él te
asegura que sin comer no os vais a quedar. El sitio es muy pintoresco y es muy recomendable
acudir en verano para poder comer en el patio a la sombra de las parras.
Una vez sentados en la mesa correspondiente y tras beber
unos culines de sidra ‘Gobernador’ para hacer más llevadera la espera nos disponemos
a dar cuenta de los majares de la gastronomía asturiana. Además de los platos, entrantes y raciones de la carta, también dispone de otras delicias según temporada, ya sean carnes o pescados.
Empezamos con una tabla
de quesos de la zona. Siete trozos generosos de algunos de los más de 40
tipos diferentes de quesos que se producen en Asturias. Desde las variedades
más suaves al rey cabrales, pasando por el Gamoeu, y las dos variedades de
Afuega’l pitu, blanco y rojo (con un toque picante). Todos ellos con una porción
de membrillo para que el dulce haga de contraste con la fuerza del queso. El pan también merece una mención aparte, buenísimo.
La tabla de embutidos tampoco defraudó. Una generosa bandeja
con embutidos de elaboración propia en el mismo restaurante. Chorizo de corzo y
salchichón y chorizo de jabalí. Uno dulce y otro picante. Además lomo y jamón.
Estando en Asturias no podíamos dejar pasar la
oportunidad de probar la fabada. Pedimos una ración que nos trajeron en una
cazuela de barro. También se puede pedir media ración. La verdad es que coincidimos
en que fue una de las mejores fabadas que habíamos probado. Las legumbres bien
cocidas, enteras y cremosas. El caldo ligado y con su espesor justo. Iban
acompañadas de chorizo, morcilla y tocino.
Uno de los comensales se empeñó en pedir
callos de la casa y no le quitamos la ilusión. Los presentaron muy picaditos, con chorizo
en trocitos y con una salsa menos fuerte de lo que cabría esperar, como una
vizcaína ligera, probablemente ligada con tomate. Venían acompañados de patatas
fritas. Algunos de los comensales los destacaron como lo mejor de la comida.
También nos decantamos por el rabo, ya que
habíamos oído que es una de las especialidades de la casa. Tampoco defraudó.
Guisado al vino tinto, la salsa estaba sin pasar, por lo que conservaba las
verduras de condimentación. El tiempo óptimo de cocción posibilitaba que la
carne, muy tierna y melosa, se separar del hueso con facilidad. También venía
acompañado de patatas fritas caseras.
Huevos, tortos y picadillo. Incluimos este último plato en
la comanda pensando que lo anterior no fuera suficiente pero bien hubiéramos podido
haber pasado sin él. Nos lo comimos, y estaba bueno, pero pudimos haber prescindido.
De postre nos decantamos por tres raciones de tarta de queso para
compartir. Era algo intermedio entre tarta y flan, con una textura suave y
ligera, y bañada con salsa de arándanos. Quizá la sirvieron demasiado fría.
Un lugar muy recomendable que habría que apuntar entre los restaurantes a visitar si se visita Asturias. Ya se que hay mucho donde elegir, pero este es un de esos sitios que dejan huella en la memoria y en paladar.
Casa Poli 985 41 12 17