jueves, 2 de enero de 2014

Taberna Regi, en Urduliz. Sobresaliente



Da gusto acudir a un restaurante del que has oído buenas críticas y salir de allí tremendamente satisfecho; emocionado por la calidad de la comida, agradecido por el trato recibido y encantado por el precio pagado después de haber disfrutado de un menú sobresaliente, siendo el único pero, por poner alguno, que el volumen del hilo musical era excesivo.
Todos estos halagos se los merece el restaurante Regi, situado en Urduliz y que regenta la familia Somarriba, a cuyo clan pertenece Joane, la mejor ciclista vasca de todos los tiempos. El local, denominado Taberna Regi, se encuentra frente al Ayuntamiento de la localidad, en el cruce de las carreteras procedentes de Sopelana y Mungia. Dispone de una pequeña terraza y un comedor no muy grande junto a la barra. A primera vista puede sorprender, ya que la impresión inicial no da señales de lo que nos encontraremos dentro. Pero merece la pena dar el paso.
Aunque cuenta con menú degustación por 50 euros, nos detendremos en el menú Bistrot, que ofrecen por 20 euros (iva incluido). La decoración del local tiene un aire moderno con motivos ciclistas y debido al reducido tamaño del comedor se echa en falta algo más de espacio entre las mesas. Pero vamos a lo que nos interesa. La comida. El menú se compone de unos aperitivos, un plato principal, un segundo a elegir entre carne o pescado y un postre. Todo ello acompañado de vino de la casa.

Entrantes. Sorprendentes.

Los aperitivos no aparecen en el menú y sorprenden al comensal por su originalidad. Croquetas variadas (de hongos, de chorizo y de cuatro quesos), antxoas marinadas, sopa de guisantes, mouse de queso con albahaca y pan tostado y aceitunas malagueñas. La sopa de guisantes exquisita.

Risoto con langostinos en salsa de cigalas.

Tomate de parra asado y relleno de txangurro sobre cremoso de patatas.

Como entrante pedimos ‘Tomate de parra asado y relleno de txangurro sobre cremoso de patatas’ y ‘Risoto con langostinos en salsa de cigalas’. El tomate estaba muy bien elaborado pero quizá pecaba de exceso de cremoso de patatas. El risoto resultó exquisito, con una salsa de cigalas muy lograda con un sabor muy intenso y potente.

Lomo de merluza de anzuelo asada sobre meloso de txipiron y salsa de su tinta.
Ciervo asado sobre jugo de carne.

De segundo decidimos probar la carne y el pescado, así que pedimos ‘Lomo de merluza de anzuelo asada sobre meloso de txipiron y salsa de su tinta’ y ‘Ciervo asado sobre jugo de carne’. Este último no venía en el menú y fue una recomendación de la camarera. No estuvo mal pero nada comparable a la merluza de anzuelo, una pasada, quizá la mejor merluza que haya probado. Sin exagerar. En su punto, jugosa, con un relleno de txangurro riquísimo…

Postres.

De postre elegimos ‘Mamia de leche de oveja con salsa de miel y galleta rota’ y ‘Mouse de café capuccino con helado de limón’. 

Dulce colofón.

Además, antes de traernos la cuenta nos obsequiaron con unas trufas de toffe deliciosas para acabar la comida con mejor sabor de boca, como si fuera posible.
En resumen, una agradabilísima sorpresa encontrar lugares como este en el que por 20 euros puedes disfrutar de un menú de alta cocina sin pagar precios elitistas solo al alcance de unos pocos pero con la seguridad de que vas a comer de maravilla tanto en cantidad como en calidad. 

P.d.: Gracias a Gloria por descubrirnos este lugar, seguimos abiertos a nuevas sugerencias.